A ti, que me leíste

lunes, octubre 10, 2005

A veces me leo. En serio, leo el blog. Y hace un año, un poco más, en septiembre, mes de recuerdos encontrados, escribí: "Siento que también dejé de entender hace rato. Cuando tenía sueños. Ahora no tengo, para que no me los quiten".

Porque hace algún tiempo, poco más de un año, las cosas andaban como ahora, raras, lejanas, y yo, solo, desencontrado y muy down. Y en eso estaba cuando apareció alguien. Salió de la nada, de sus letras, de sus cuentos, de sus historias. Apareció en el blog, en los comentarios que ya se fueron, pero que por ahí se quedaron. Me llamó la atención desde la primera letra. Todas sus letras. Y de verdad que iluminó todo.

A lo mejor cerré los ojos y en el blink que duró creí que eras y estabas y escribías y que te leí, y nada es cierto y no hay café ni el Bellas Artes ni pinturas ni ángeles a medio vestir. Pero de verdad escribe bien. Y dice que leerá todo, mil veces todo. Mis tristezas y tal vez el resto... Como en esos laberintos que me gustan tanto. Como esas historias circulares que escribe tan bien. Y yo, sólo quiero escuchar su historia. Toda.

Todavía me pregunto si fue real. Después de muchas palabras, mensajes y llamadas, nos conocimos, y nos vimos dos, tres veces, hasta que nos miramos bien de cerca, y estuvo lindo, estuvo bien, y nos seguimos mirando muchas veces, aunque de repente me iba lejos. Y me llenaba de fantasmas. Fantasmas que estaban aquí conmigo, y si cerraba los ojos, sabía que seguían ahí.

Sentía que tenía tanta cosa dando vueltas, y todas me alejaban de ella, pero sabía que debía intentarlo, quería intentarlo. Y se lo dije.

Hablamos mucho rato, me besó, me abrazó, todo bien, la dejé abajo en su auto. Fue una buena conversa, de gente grande, de dos que vivieron intensamente un tiempo, y que lograron un montón de cosas sin importar ni preocuparse si iba a durar tres horas, tres días, tres semanas o lo que fuera. Que valoran lo que fue todo ese tiempo, que fue un regalo.

Parece que la hubiera tenido toda la vida.

Y ahora, nadie pide nada, nadie cobra nada, nadie espera nada.
Y está bien.

Aunque nadie sale ileso de estos juegos del destino.
Y en esta, nadie salió ileso.

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Créditos

Agradecimientos a mi MacBook, a los Marlboro que fumo, pero menos, la Coca-Cola, el cable, el control remoto, Google, Blogger, Twitter, los libros, la radio, ella, mis hijos, mi ex-psicóloga y muchos otros anónimos colaboradores que han contribuido y soportado mi comunicación precoz. Gracias por estar.

Más créditos

Foto del blogger: Bárbara Gallardo
Foto de Santiago by night: Mía.

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